lunes, 12 de marzo de 2012

DESPEDIDAS....

Llegue el consultorio corriendo (como usualmente lo hago) deje caer mi bolso en el sillón de espera y me dirigí hacia la silla dental, en este punto, la doctora Elvia y yo ya llevamos platicando algunos minutos, vieran, la platica se nos da de manera natural, llevo ya algunos años frecuentandola y mi dentista siempre ha sido así, habla y habla, platicandonos desde las mas graciosas anécdotas hasta los mas terribles dramas cuyos protagonistas solo atisbo el nombre, pues ella los conoce mejor que yo...
Es una mujer muy amable y jovial, de manera que se le dan estos asuntos de las conversaciones, o quizá, la tentación de hablar mientras uno esta sentado ahí, con la boca abierta, llena de algodones, sintiendo el cachete gordo, gordo por la anestesia es demasiado grande, ya que en tales circunstancias uno no puede hacer mas nada que escuchar.

Y fíjese, podría pasar toda una tarde aquí, escribiendo todo aquello que me ha contado, pero defintivamente esta anécdota de su vida me robo un pedacito de corazón, así que, por aquello de los derechos reservados, declaro que le pertenece a mi dentista:

Elvia revisa la prueba de embarazo, no hay duda, ahí hay dos rayitas azules, completamente contrastantes con el fondo blanco de la prueba, no hay (afortunadamente para ella) grandes malestares, sin embargo, no puede evitar sentir un enorme vacío en el estomago...hace tan solo unos días que recibieron la triste noticia de que su madre tiene cáncer de páncreas, es, inevitable, tener una mezcla de sentimientos, alegría, claro, luego de varios años de matrimonio, un primer hijo llegara a complementarlo todo, pero...la duda, ¿podra su abuela conocer al futuro miembro de la familia?
No hay mas que hacer, dijeron los médicos, el cáncer es terminal, le dan tres, tal vez seis meses de vida, se han tomado ya las medidas necesarias para que Doña Lucia este comoda. Todos consientes de que el cáncer, aunado a la diabetes que padece, tarde o temprano mermaran la vida de su mamá.
Sin embargo, el anuncio de la próxima llegada de un bebe ha sido bien recibida, aun la abuela se ha atrevido ya a predecir el sexo del futuro bebé: "será niña" dijo Doña Lucia a Elvia, cual ojo clínico que ha visto a una buena decena de mujeres traer hijos al mundo....

El teléfono suena despertando abruptamente a Elvia y su marido, una lampara que se prende, "¿bueno?, si, vamos para allá, cuidado, si, si, esta bien, allá nos vemos". Elvia se incorpora con un vientre prominente, son ya siete meses en el que ese laboratorio de vida sigue preparando un nuevo proyecto. ¿Han ustedes recibido alguna vez una llamada en la madrugada? caray, no espanta solo el cuerpo sino el alma, en fracciones de segundo miles de preguntas cruzan por la mente, ¿a poco no?
Pero Elvia sabe, su madre será trasladada al hospital debido a que ya no puede permanecer en casa, su estado es delicado y requiere de cuidados especializados, inyecciones de morfina...tal vez, ella conoce que no puede detener el curso de esta situación, pero muy en su interior desea con todas sus fuerzas que la poderosa droga  no sea necesaria...

Han pasado ya casi 24 hrs en el hospital, los médicos han dicho que es cuestión de esperar corto tiempo, la morfina no ha sido necesaria, conectada al oxigeno se encuentra el cuerpo empequeñecido de su madre, el padre de Elvia a entrado a despedirse, un sereno beso en la frente , sus hermanas también están ahí,una de ellas viene en camino, las carreteras son peligrosas si se maneja con prisa así que le han dicho que venga con calma (si eso es posible en dichos momentos), luego de que cada uno ha pasado a la habitación, su padre simplemente no puede permanecer ahí y decide salir, lo mismo invitan a hacer a Elvia, considerando su avanzado embarazo le indican que es lo mas conveniente, pero ella, con toda firmeza, decide quedarse al lado de su mamá, luego de que toda la familia sale de la habitación, el sonido del monitor cardiaco y la bomba de oxigeno son los únicos acompañantes, pasa ya la media noche por algunos minutos, Elvia lo recuerda perfectamente, cuando su madre abre los ojos, con tal lucidez que pareciese que se acaba de recuperar, mira a su hija y voltea al techo:
-Elvia, mira, cuanta luz hay el cuarto!
Para Elvia la habitación permanece igual que en las ultimas horas, pero decide no contradecir a su mamá.
-Si mamá, mucha luz.
Doña Lucia cierra los ojos, la luz sigue ahí, cálida, no lastima su vista...
-Veo un camino, hay mucha luz...
Elvia, le toma la mano y suavemente le responde
-Camina mamá, yo te agarro
-Veo mucha luz!
-Si mamá, continua caminando, no te preocupes
-Estoy cansada...pero hay luz...
-Sigue, mamá, sigue caminando...no tengas miedo

El pitido del monitor indica que el corazón de Doña Lucia finalmente se ha detenido, Elvia, mira el reloj, guardando en su memoria y su corazón el momento en el que la mujer mas importante de su vida ha partido de este mundo: las 12:14 am del 14 de Noviembre.

Dos meses después, la pequeña Lucy arribó a este mundo, sin problemas, un 14 de enero a las 12:14 am...

Y esta vez, mi dentista me había dejado con la boca abierta, sin siquiera introducir un algodón o algún instrumento.
Gracias por compartir tan tremenda historia, que, en breves palabras he intentado resumir.

Por que "El corazón de una mujer , es un mar profundo de secretos" T.

jueves, 8 de marzo de 2012

De palabras y otras armas mortales...

La vida esta hecha de momentos, de detalles, que a nuestro parecer pudieran ser efímeros, pero, hay que ver como un par de segundos bastan para marcar toda una vida, y mire usted, sin afán de parecer seguidora de "mercado de lágrimas", conozco a la perfeccion un par de esos segundos...

El lugar tal vez sea lo de menos, recuerdo sus ojos, no así de que estábamos hablando exactamente, pero sí la ultima frase:
"Yo nunca me casaría con alguien como tu..."

¿Escucho usted ese sonido? fue mi corazón en ese momento que, cual jarro de Tlaquepaque se rompió en varios fragmentos.

"Permiteme, voy a recoger los pedazos y ahorita seguimos platicando si?"

No lloré, de hecho, trate de continuar como si tal declaración no me hubiera afectado, después de todo, las circunstancias eran absurdas como para ponerse a reclamar o decir algo al respecto, sin embargo, durante mucho tiempo, hicieron un gran eco en mi mente, en mis recuerdos, mermando así la imagen que tenía de mi misma... no era alguien excepcional, nada extraordinario, ni merecedora de que alguien como ese alguien pudiera pensar en mi como una compañera de vida...
El tiempo, lo cura todo, dicen los ya entrados en años, y ¿saben que? tienen razón, por que ahora puedo contarlo y no sentirme triste por ello.
Finalmente, puedo entender esa gran frase que he leído por ahí:

"Dios no nos da la gente que queremos, nos da a las personas que tenemos, que nos aman, nos dejan, nos ayudan,
nos lastiman y nos hacen ser la persona que estábamos destinados a ser."

Bonita tarde.