sábado, 27 de diciembre de 2008

OTRA MAS DE NAVIDAD parte II

¿Qué mas podía hacer en ese momento?, acepte y fuimos al pequeño cafecito que estaba frente a la iglesia, ahí, sentados con un gran café capuchino y un chocolate caliente, comenzó nuestra charla con las preguntas de rigor, la familia, el trabajo, Don Humberto era un excelente conversador asi que pronto me encontré en confianza para preguntarle como había conocido a Cristo :
-¿ …y digame hermano, como fue que llego Jesus a su vida?, por que se que no tiene mas de un par de años aquí en la iglesia, verdad?
Don Humberto entonces, me miro y mientras le daba un sorbo a su chocolate se quedo algo serio, pensé que a lo mejor había metido la pata, pero luego de pensarlo un poco me contesto:
- Sabe hermana, nunca me habían preguntado eso y no había tenido valor para contarlo tampoco, pero yo la veo a usted como que si va a creer lo que me sucedió…
Ya me imaginaba entonces la historia: borracheras, adulterio, pleitos, en fin, lo que todos solemos oir cuando no conocemos a Cristo y llega a nuestras vidas a restaurar, asentí con la cabeza, dando pauta a que Don Humberto siguiera contando:
- Vera usted, hace cerca de dos años, mi vida estaba muy vacia, mi esposa había muerto en ese año lo cual fue tremendo para mi pues estuvimos casados por mas de 40 años, dedicado por completo a mi familia, al trabajo, siempre respondi por ellos y nunca engañe a mi esposa, fue el amor de mi vida, siempre me dividi entre el trabajo, mi casa y mis plantas, era mi pasatiempo, de pronto, al morir Ceci, me encontraba solo, no sabia que hacer, siempre andaba de malas, me volvi muy huraño y enojon, y a esa hora mis hijos…bueno, nuestra relación no era muy cercana desde que se casaron y cada uno hizo su vida, el caso es que en pleno dia de nochebuena me encontraba solo, pero bien solo y no tenia ni ganas ni fuerza para “celebrar” ya sabe, mucho grito, mucho abrazo y todo vacio.

Asi que decidí ir a uno de esos pocos restaurantes que abren todos los días aquí en la ciudad, ¿lo conoce? Siempre hay chocolate caliente y un churros! Pero je,je.. me estoy desviando un poco, ¿verdad?, pues, ahí estaba yo, con mi gran tristeza y mi desolación, solo había un par de personas mas, viejos como yo, la mesera me dejo mi taza con mis churros y yo abri mi periódico, solo para seguir leyendo acerca de toda la destrucción en el mundo, justo lo que necesita uno cuando esta deprimido, ¿no?
Sonrei y asentí de nuevo, indicando que estaba de acuerdo, a estas alturas, no me atrevía a abrir la boca.

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